Este martes 07 de junio me vi en la necesidad de ir a esta clínica de San Isidro, de la que tenía un seguro adquirido años atrás, para ver una molestia que se me estaba presentando en uno de mis ojos, por mi misma actividad de escribir, este día decidí darle la atención necesaria.
Después de informarme que oftalmología quedaba en el tercer piso me dirigí al mismo , donde me presenté al mostrador donde había una señorita muy bien vestida y pintada , me dio la impresión que estaba por irse a alguna reunión personal y después de esperar como 10 minutos mientras terminaba de platicar con otra señorita ubicada en el mismo espacio , pero esta vestida de enfermera , ambas con archivos sobre las piernas , me vi en la necesidad de dirigirme a la primera para hacerle presente que necesitaba me atendieran situación que creo una mirada nada cordial hacia mi persona, pese a ser como cliente uno de los que proporcionaba su sueldo y con voz bastante seca me preguntó ¿Que desea? Después de explicarle que tenía cita sacó mi archivo y me cobró la consulta , seguidamente me ordenó que pasara a la sala de espera. Después de aguardar como 25 minutos me acerqué nuevamente a estas dos señoritas para interrumpirlas de su amena charla y le pregunté a la que supuestamente fungía de jefa, que en cuanto tiempo me atendería el Dr. A lo que me respondió que apenas lea mi expediente dándose cuente en ese instante que no se lo había llevado todavía, bueno me volví a sentar y al cabo de uno minutos fui llamado.
Me recibió un Dr. Muy agradable y cordial en su trato , extranjero, quien después de chequearme me dijo que tendría que dilatarme los ojos para ver mejor el interior, por lo que me dio una receta y me dijo me acercara nuevamente a la recepción para hacer el nuevo pago , lo que cumplí al pie de la letra , donde dicho sea de paso me cobraron más que la consulta, por gotas que me aplicarían para dilatar mis ojos , mientras procedían a registrar la operación , pensaba en la cantidad de médicos peruanos que tenemos trabajando en cosas diferentes a su real actividad por no conseguir empleo digno, luego del respectivo pago regrese al consultorio, donde me colocaron una gota a cada ojo ,la señorita que realizara esta actividad, supongo que era la enfermera del Dr. ya que estaba en su mismo ambiente de trabajo pero sin uniforme, dicho sea de paso ella me ordenó que yo mismo me abriera los ojos. Después de este procedimiento raro, me dijo que espere media hora para que la solución hiciera efecto, en la sala de espera a la que acudí todo lloroso, producto de esas dos carísimas gotas. Camino a mi destino ordenado , pensaba que esas dos gotas que prácticamente fui obligado a colaborar en su ubicación, eran las más caras que jamás haya pagado antes. Me lagrimeaban tanto los ojos que me acerqué a la recepción para solicitarles a las señoritas si podrían proporcionarme un algodón o algo para secarme, su respuesta fue: Vaya al baño que allí hay papel, supongo que al ver mi cara de desconcierto y ojos casi cerrados, la Srta. Vestida de enfermera por orden de la chica con vestido de fiesta, que posiblemente se dio cuenta de su absurda respuesta, fue al baño y me trajo un poco de papel higiénico todo disperso y colgando por diferentes lados en su mano, misma con la que agarraba la plata y demás utensilios de un lugar donde acuden pacientes con diversos problemas de salud, pero eso si su cara estaba muy bien pintarrajeada.
La verdad que me dio miedo secarme con eso por el estado en que tenia a mis ya sufridos ojos y después de guardar disimuladamente en mi bolsillo lo que me diera para que no se sintiera ofendida, con mis dedos procedí a secarme y me fui a sentar, pensando cual sería la clase de educación habrían recibido en casa estas chicas y el nivel tan pobre de los que dirigían la clínica sin tomar en cuenta las mas mínimas reglas de higiene y atención a los pacientes. Pero en fin pensé, estamos en Perú y algún día cambiará toda esta calidad mediocre de atención y servicio.
La verdad que me dio miedo secarme con eso por el estado en que tenia a mis ya sufridos ojos y después de guardar disimuladamente en mi bolsillo lo que me diera para que no se sintiera ofendida, con mis dedos procedí a secarme y me fui a sentar, pensando cual sería la clase de educación habrían recibido en casa estas chicas y el nivel tan pobre de los que dirigían la clínica sin tomar en cuenta las mas mínimas reglas de higiene y atención a los pacientes. Pero en fin pensé, estamos en Perú y algún día cambiará toda esta calidad mediocre de atención y servicio.
En esta espera, peleando ferozmente contra el aburrimiento, fui testigo de algo fuera de lugar, pasó un medico bien viejito con su bata laboral, regresaba a su área de trabajo y al pasar por el costado de la chica vestida de fiesta, esta le grita: OIGA DOCTOR, QUE LE PASA A UD. ¿SE A PELEADO CONMIGO? El anciano Dr. Por el grito, se sobresaltó tanto, que pensé realmente que le daría un infarto, situación que gracias a Dios no sucedió, sin dejar de lado el sobresalto también que dimos todos los pacientes que nos encontráramos en la sala de espera, después de reponerse el anciano medico, le preguntó a la chica porque le decía eso a lo que dicha Srta. Inquiriría porque no la había saludado, el Dr. Dibujó una sonrisa forzada, contestándole que si lo había hecho pero no lo escuchó y siguió su ruta en forma nerviosa a su consultorio, justo al costado de quien me atendía. Al menos lo vi llegar bien. Me extrañó esa cultura organizacional de la clínica, era especial por decir algo difícil de entender.
A los 50 minutos tuve que acercarme para informarle a la enfermera que ya había pasado más de media hora y luego de unos minutos me hicieron pasar. Sorpresa para mí fue que con la misma máquina que me había medido la vista y en esta ocasión con el apoyo de una pequeña linterna de mano y una lente de aumento especial, me chequeó cada ojo. Mientras esto pasaba seguía pensando en esas dos benditas gotas, las más caras de mi vida como también en el pésimo servicio como calidad e higiene que recibiera en una clínica.
A mi salida procedí a buscar a la persona responsable de atención a los usuarios para indicarle estas situaciones que me encontré en menos de hora y media, la responsable me agradeció y prometió que inmediatamente se corregiría. Me retiré pensando que esta actividad de servicio a la comunidad originalmente, era ahora crudamente un negocio y muy rentable dicho sea de paso , eso sí, a la Peruana, sin cultura organizacional , sin personal debidamente preparado en cuanto a lo técnico y atención y sectorizado por especialidades articulando cada una de ellas sus propios ingresos, algo así como entrar a la casa del horror , donde paso que des te encuentras con diferentes sustos o como uno de nuestros mercados tradicionales donde cada puesto es un negocio diferente. Y lo más preocupante si así era el servicio de una clínica de nivel B ¿Como sería el resto?
Mg. Dante Arbocco Quesada
Asesor Empresarial
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